¿Cuál es la diferencia entre un decorador y un diseñador de interiores?
“ – ¿A qué te dedicas?
– A la arquitectura y diseño interior.
-¡Ah! Decoradora.
– No exactamente.”
Esta conversación la he vivido unas cuantas veces. Y es normal. ¿Cuál es la línea que separa a un diseñador de interiores y a un decorador?
¿No nos dedicamos todos a lo mismo?
No. Hay bastantes diferencias, así que hablar contigo de ello me parece un buen punto de partida para este blog.
Todos imaginamos más o menos cuál es el trabajo de un decorador, ¿verdad? Tomar un espacio y vestirlo de la mejor manera posible: mobiliario, telas, colores, luz…
Y te estarás preguntando: “¿tú no te dedicas a eso?”.
La respuesta es sí. Lo hago, pero es el último paso de un proceso mucho más largo.
Ésa es la diferencia entre nuestras profesiones. La decoración es el último eslabón de una cadena mucho más larga llamada arquitectura y diseño de interiores.
La decoración consiste en amueblar y adornar un espacio. El diseño de interiores es entender el comportamiento y las necesidades de cada persona y crear el espacio que necesita.
Y ahí intervienen unas cuantas disciplinas:
- La arquitectura.
- La psicología.
- El diseño de producto…
Cada vez que me sumerjo en un proyecto entran en juego muchos factores. Debo lidiar con la estructura arquitectónica, la eficacia del espacio, la movilidad, la psicología ambiental…
Y todo esto aliñado con el ingrediente crucial: la empatía. Sin ella, ningún proyecto cumpliría su misión.
Los diseñadores de interiores debemos ser capaces de ver a través de los ojos de nuestro cliente. Entenderlo y saber qué necesita y cómo lo quiere.
Es su casa o su negocio. El espacio que creemos tiene que ser como su segunda piel.
¿Te imaginas un centro de ocio para la tercera edad lleno de escaleras?
Es un ejemplo muy simple, muy obvio. Pero ésa es la idea: ponernos en la piel de quien va ‘utilizar’ el espacio y adaptar la arquitectura a sus necesidades, su estilo de vida y sus gustos.
Es un proceso largo. Hablar mucho, desarrollar un concepto, distribuir el espacio, pensar qué piezas encajan en él, coordinar a todos los profesionales que tendrán que intervenir para hacerlo realidad, planos, permisos…
Ya lo ves: no es sólo decorar. La decoración es sólo el último toque.
El diseño interior es mucho más que decoración.